domingo, 3 de enero de 2010

La visión global de una presentación

Cuando preparamos una presentación podemos caer en la trampa de dejarnos llevar sólo por los detalles: ¿qué digo aquí? ¿qué diapositiva utilizo? ¿qué viene después?


Estas son tareas que, sin duda alguna, deberemos afrontar en un momento u otro. Pero, como dice el refrán, que los árboles no os impidan ver el bosque. Es decir, no debemos perder la visión global de la presentación en ningún momento.

Sirva de ejemplo la siguiente cita, en referencia al restaurante El Bulli:

"El menú lo tratamos como en una película de James Bond, por ejemplo, con un gran inicio, un desarrollo y un final explosivo."
Albert Adrià

¡Eso es visión global! Aparte de cocinar platos exquisitos (detalles), tienen en cuenta toda la experiencia del cliente, desde el primer plato hasta los postres. Hay variaciones en la intensidad y se crea ritmo.

En una presentación, también tenemos que alejarnos de los detalles en algún momento para tener una visión de conjunto y decidir cómo será el inicio, el desarrollo y el final. Una técnica para lograrlo consiste en crear una línea de tiempo y definir los actos que formarán parte de la presentación, como se hace en el guión de una película.



Por tanto, una vez decidida la estructura, crearemos la línea de tiempo para ir añadiendo todo lo que formará parte de la presentación. De este modo podremos apreciar si no hay cambios significativos y el resultado es demasiado monótono.

Para lograr un buen ritmo, deberemos situar estratégicamente los puntos donde haya cambios significativos. Para ello podemos...

Todo ello debidamente conectado de forma apropiada, sin forzar las cosas en ningún caso, claro está. Como dice el gran Benjamin Zander, se trata de tener visión, de volar como un pájaro que ignora las vallas de los campos que sobrevuela.

Con una visión global evitaremos la monótona sucesión de hechos y datos que tienen gran parte de las presentaciones de hoy en día.

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