miércoles, 26 de noviembre de 2008

#1. Nunca jamás: utilices las diapositivas como un prompter

Si hay algo que uno debe evitar cuando hace una presentación en público es leer todo el texto de cada diapositiva.


Quizá la gente lo haga porque...
  • Así la presentación digital (PowerPoint o similar) se crea más rápidamente.
  • Se reduce la necesidad de ensayar la presentación porque se irá leyendo el contenido de la misma.
  • Es como lo hace la gran mayoría.
Pero tiene grandes inconvenientes...

1. Las personas leemos más rápido que lo que oímos

Al mostrar una nueva diapositiva, el público lee todo el texto mucho antes de que tú lo comentes. De algun modo te conviertes en algo superfluo.

2. Te vuelves completamente predecible

Conclusión lógica del punto anterior citado. La audiencia ya sabe de qué hablarás en esa diapositiva. Sorpresa cero implica matar la curiosidad y que la atención baje.

3. Se recita cada parágrafo como un autómata

La inflexión de la voz desaparece y suele convertirse en algo monótono y soporífero. Si estamos leyendo, en estos casos es difícil cambiar el tono o alzar la voz para enfatizar determinados aspectos.

4. El público se desanima con tanto texto

Cuando aparece una diapositiva repleta de texto, el espectador lo percibe como demasiada información y sabe que el presentador tendrá que comentar cada uno de los puntos de la lista.

5. Se dispersa la atención del oyente

Parece ser que nuestro cerebro acostumbra a centrarse sólo en un aspecto concreto. Es decir, si se está leyendo, no se escucha al que habla y si se escucha, no se lee o se hace con más dificultad.

Sin embargo, si se utilizan imágenes y fotografías, combinan perfectamente con el discurso hablado y se captan con mucha más rapidez, complementando a la perfección las explicaciones dadas.

Por todo ello recomendamos encarecidamente no utilizar las diapositivas como un prompter, es decir, como un aparato electrónico que va mostrando todo el texto a decir y que usan normalmente algunos políticos o los presentadores de TV de notícias.


Y si no tienes más remedio que usar una presentación de este tipo siempre puedes proyectar las diapositivas hacia el lado contrario a los espectadores y lo usas como un prompter de verdad, esto es, que los demás no sepan qué vas a decir.

Bromas aparte, para evitar este desaconsejable método de presentación lo mejor es:
  1. Reducir significativamente la cantidad de texto por diapositiva. Será el presentador quién diga la mayoría de información verbal.
  2. Usar un tamaño de fuente bastante grande.
  3. Ensayar la presentación, a ser posible varias veces.
  4. Consultar un guión o notas escritas durante la presentación en caso de sufrir algún lapsus.
Y para ilustrar lo comentado, un ejemplo de presentación muy visual y con poco texto porque la información la dirá el presentador. Está hecha por un alumno de Ciclos Formativos de Informática de Grado Medio que tuve el curso pasado.

Presentación sobre el iPhone
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Créditos de las imágenes:

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo añadiria hacer menos diapositivas...

Carles Caño dijo...

Respondiendo al comentario anterior, creo que eso es muy relativo. He visto presentaciones con 100 o más diapositivas que son muy dinámicas y presentaciones con sólo 15 que son aburridísimas.

Eso está en función del gusto de cada uno y, sobre todo, del ritmo que quiera impartir a su presentación.

Creo que prefiero más diapositivas visuales, con poco texto y sólo una idea en cada una que pocas pero que sean más densas.

David dijo...

Es curioso que, aunque resulta evidente que es mala práctica, todo el mundo pone demasiado texto. Simplemente es más fácil usar PowerPoint como un "Word con letras gordas".

El primer capítulo del curso más básico de presentaciones te dirá que la presentación NO debe tener el contenido. Únicamente los títulos, y el contenido lo expone el presentador.

Por cierto, mola mucho el blog. Lo acabo de descubrir :-)