martes, 23 de febrero de 2010

Ensaya tus presentaciones

¿Qué tienen en común los grandes presentadores y los maestros del Jazz? Se me ocurren tres cosas. Primero, cuando les escuchamos, todo fluye. Segundo, consiguen que parezca fácil lo más difícil. Y, tercero, lo que parece improvisación es fruto de horas y horas de ensayo y práctica.

Según la definición de la Real Academia Española, improvisar es "hacer algo de pronto, sin estudio ni preparación". Con esta definición empezamos a poner en duda que los músicos de Jazz realmente improvisen pues han dedicado miles de horas a estudiar escalas, arpegios, armonía y frases musicales que luego tocan, mezclan, varían o sirven de base para nuevos motivos.

Lo mismo ocurre con los buenos presentadores. Nos pueden dar la falsa idea de que, en algunos momentos, están improvisando. Quizá sea así en algunas ocasiones pero generalmente todo está preparado y ensayado a conciencia, el mérito está en que parezca que es algo espontáneo. La siguiente frase de Winston Churchill lo ejemplifica de forma magistral.

Llevo toda la mañana ensayando las frases que improvisaré esta noche
Así que no hay que dejar nada al azar y para ello es indispensable que ensayemos nuestras presentaciones, cuantas más veces, mejor.

Antes de hablar en público es necesario:

1. Preparar la presentación a conciencia. Tendremos en cuenta la audiencia (quién), la idea principal (qué) y la forma como la transmitiremos (cómo). También decidiremos la estructura y los recursos que utilizaremos (historias, anécdotas, gráficos, datos, objetos cotidianos, diapositivas...)

2. Diseñar las diapositivas. Suponiendo que hemos decidido usar un programa como PowerPoint para complementar nuestro discurso. Recordemos que las diapositivas tienen que complementar lo que decimos: cuanto menos texto y más carga visual, mejor.

3. Ensayar la presentación. En voz alta, aunque no tengamos a nadie que nos escuche, hablaremos para los muebles de la habitación. Sin embargo, es recomendable tener a alguien que nos escuche, como mínimo en uno de los ensayos, y que nos dé su opinión. También es muy recomendable grabarse en vídeo o con un micro.

4. Analizar el ensayo y hacer mejoras a la presentación. Este punto sólo es posible si hemos ensayado. Observaremos detenidamente los vídeos o escucharemos los audios que hemos grabado durante los ensayos para fijarnos en las muletillas que usamos, en si nos movemos demasiado, en las expresiones que hacemos, en si se entiende lo que explicamos, en si nos hacemos demasiado pesados, etc. Tomando nota de la opinión de quien nos ha escuchado durante el ensayo podremos también mejorar e introducir cambios en la preparación y diseño de las diapositivas de la presentación.

Fases previas a la presentación en público

Como veis, se trata de un proceso cíclico. Cuantas más veces ensayemos, más mejoraremos.

No pares. ¡Sigue, sigue!

Un consejo vital para el ensayo consiste en no detenerse en ningún momento para volver a empezar. Si nos equivocamos, debemos continuar, como si estuviéramos haciendo la presentación en directo. A la hora de la verdad, no diremos al público "Perdón, me he equivocado, vuelvo al principio".

Este consejo se lo aplican también los músicos cuando ensayan sus temas. Es una de las máximas que predican los profesores a sus alumnos: "Si te equivocas, no pares jamás y sigue".

En resumen, cuanto más ensayemos, mejor nos saldrá la presentación. Especial consideración deberá tener el inicio de la presentación y el final, momentos claves que hay que saber aprovechar para maximizar el impacto de la exposición.

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