Escribo estas líneas sentado en el vagón de un tren bala (shinkansen) que ha salido de Tokyo hace escasos minutos. Cuando entraba en él, he visto a un ejecutivo japonés que abría un ekiben, una caja con comida presentada de forma exquisita, donde no sobra ni falta nada.
Fotografía de kamoda@flickr con licencia Creative Commons by-nc-nd
No he podido evitar pensar que Garr Reynolds, autor de “Presentation Zen”, utiliza a menudo este medio de transporte (vive en Osaka) y también consume este tipo de comida en sus viajes, tal y como cuenta en su introducción.
Permitidme entonces dedicarle estas líneas al señor Reynolds, pues tenía yo pendiente escribir sobre algo que explica en su libro y creo que es un buen momento para hacerlo :)
En dicho libro, Garr Reynolds dedica un capítulo a la preparación de una presentación. Según cuenta, en esta fase es importante:
- Saber hacerse las preguntas adecuadas
- Evitar las preguntas erróneas
Nos habla entonces de un hombre al que le han disparado una flecha y empieza a formularse preguntas del tipo: ¿de qué tipo de madera es ésta?, ¿qué personas la hicieron?, ¿cómo consiguieron el color que tiene?, etc. Evidentemente son preguntas que están totalmente fuera de lugar y no van a ayudarle a mejorar su situación.
Pues bien, cuando vamos a preparar una presentación debemos plantear preguntas adecuadas cómo:
- ¿Cuál es el punto más importante de mi presentación?
- ¿Cómo será mi audiencia?
- ¿Cuánto tiempo tendré?
Mientras que otras cuestiones resultaran fútiles y no aportaran nada productivo a nuestro trabajo.
Una de estas preguntas erróneas es “¿Cuántas diapositivas debe tener una presentación?”. Plantear esto implica dar más relevancia a la cantidad que a la calidad. Recordemos que “Do schools kill creativity?”, que es una de las 10 mejores presentaciones de TED, tiene CERO diapositivas.
Algunos ejemplos de presentaciones visuales y efectivas que hemos mostrado en este blog tienen más de 100 diapositivas. Por otro lado, si las diapositivas son recargadas de texto y complejas, 100 diapositivas pueden ser “mortales” para el sufrido público que las reciba.
Del mismo modo, con 10 diapositivas podremos tener un mejor o peor resultado dependiendo de cómo las diseñemos, de lo que digamos durante esas diapositivas y sobre todo de cómo lo digamos.
Así que, a partir de ahora mejor que nos centremos en los aspectos primordiales y evitemos aquellos que no aportan nada relevante. En nuestro ejemplo, podríamos afirmar por una vez que el tamaño (en cuanto a número de diapositivas) no importa ;)
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