Ante la homogeneidad de muchos metereólogos a la hora de realizar su previsión, Javier Gómez aprovecha sus escasos minutos para mostrar sus dotes de cómico. El resultado es algo distinto y que llama la atención, pudiendo gustar o no, pero que no deja indiferente.
El hombre del tiempo de La Sexta
Aprovecho la entrada para comentar que el humor bien dosificado puede ser de gran ayuda en una presentación. Os cito parte de "Reivicando el buen humor en las aulas" que escribí hace un año en mi primer blog y que puede trasladarse en gran parte al mundo de las presentaciones.
"El buen humor es una herramienta poderosa que hay que saber utilizar adecuadamente para:
- captar la atención de los alumnnos: al hacer una broma sobre algo que se está explicando, el alumno distraído pregunta “¿qué pasa?” cuando el resto de la clase se ríe y puede engancharse de nuevo.
- amenizar las explicaciones, aumentando el ánimo y la motivación de los estudiantes.
- relajar momentáneamente cierta tensión en el ambiente, por ejemplo después de haber explicado un concepto complicado que no han acabado de entender (básicamente porque estan todos serios, callados y con el ceño fruncido ;))
- transmitir y contagiar un estado de ánimo positivo a los alumnos, que te digan “¡Tu siempre estás feliz!” casi con indignación es muy satisfactorio
Aunque también es importante:
- dosificarlo convenientemente para evitar un clima excesivamente distendido y relajado
- saber imponer las normas y los límites cuando es necesario (tener buen humor no implica dejar que la clase se desmadre)
- utilizarlo según la personalidad que se tiene, no todo el mundo es gracioso por naturaleza pero todos podemos provocar alguna sonrisa ajena y eso se puede trabajar con el tiempo.
- utilizarlo según el estado de ánimo, hay momentos en que es mejor no forzarlo porque uno no tiene el día."
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