Uno de los
10 peores hábitos en las presentaciones consiste en
no mirar a los ojos. Los motivos pueden ser varios:
- Se mira la pantalla del ordenador o la proyección de esta mientras se habla.
- Se lee el texto en pantalla o las notas en papel de la presentación.
- Se mira a un punto indefinido detrás de la audiencia.
- Se dirigen al público miradas fugaces y al azar.
Pues bien, no mirar a los ojos de las personas que han venido a
verte es un craso error. Si no miras a sus ojos no lograrás conectar totalmente con ellos. Debes mirarles, mirarles bien y procurar mirar a todo el mundo.
Los hilos imaginarios
El mago
Juan Tamariz explicó en su libro "
Los cinco puntos mágicos" una técnica muy útil para no olvidarse de mirar a nadie del público. Cuando estás presentando tienes que imaginar que al mirar a una persona, unos hilos salen de tus ojos y llegan hasta los suyos. Mientras le estás mirando, los hilos estan totalmente tensados. Cuando dejas de mirarle, poco a poco van destensándose. Si no le miras durante mucho rato, el hilo se rompe.
Se trata de que lances hilos imaginarios con la mirada a las personas del público. No te olvides de las más laterales, ni de las que estan al fondo. Tampoco te fijes sólo en un sector. Debes evitar que se rompan los hilos. Si se rompe alguno, debes dirigir de nuevo tu mirada hacia esa persona o sector para anudar esos hilos rotos.
Tu objetivo es
crear una red de hilos tensados entre tú y la audiencia. Ello implica que deberás ir mirando a diferentes personas y sectores de forma periódica. Puedes escoger un patrón de
barrido de miradas que seguir en tu charla. Por ejemplo, empezar por el sector delantero izquierdo, continuar por el mismo lado del fondo, seguir por el lado del fondo derecho y acabar con el lado derecho delantero. Es decir, ir mirando al público en el sentido de las agujas del reloj. Así, sucesivamente.
Reforzar el mensaje con la mirada
Nick Morgan, en su libro "
Conquistando la audiencia. Las claves de la comunicación en vivo" nos aconseja que nos acerquemos a la audiencia cuando estemos planteando un punto clave de nuestra charla, miremos y le hablemos a un sector concreto. Después nos podemos alejar para proseguir con la presentación hasta que llegue el siguiente punto clave y nos dirigimos a otro sector, le miramos y exponemos la idea destacada. De este modo, las ideas principales se refuerzan enormemente, la conexión con el público aumenta y este retiene mejor lo que estamos diciendo.
Si no puedes moverte libremente para acercarte al público, puedes llevar a cabo la idea de Nick Morgan tan sólo con la mirada. Quizá puedas acercarte hasta el límite del escenario, situarte a un lado y mirar a ese sector.
Diapositivas simples y visuales
Si utilizas PowerPoint en tu presentación, asegúrate que tus diapositivas son simples y visuales, con poco texto y que
puedan ser procesadas y entendidas instantáneamente. De este modo, podrán mirarte a ti mientras explicas lo que toque para esa diapositiva en cuestión.
Por el contrario, si tus diapositivas tienen mucho texto o son complicadas de entender o procesar, tu público difícilmente podrá posar su mirada en ti ya que estará demasiado ocupado intentando descifrar el contenido de la pantalla.
Control remoto
De nuevo, si utilizas PowerPoint, agénciate un control remoto para no ser un esclavo del ordenador y puedas moverte libremente por el escenario. Te resultará mucho más fácil mirar a la audiencia si puedes acercarte a ella, sin una pantalla de ordenador entre tu y ellos, en una posición fija.
En resumen, cada vez que vayas a presentar en público, ten muy presente que tienes que mirar a tu público. ¡Mira quién escucha!
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